Al prestar servicios en el extranjero es habitual que surjan costes inesperados que podrían haberse evitado con una adecuada planificación fiscal. Estos costes, que impactan directamente en la rentabilidad del proyecto, pueden incluir retenciones sobre los pagos recibidos, gastos derivados de la representación fiscal en el país de destino, etc.

Para minimizar estos riesgos —o al menos anticipar su impacto económico— resulta fundamental abordar ciertas cuestiones clave durante la fase de negociación de la oferta: ¿Qué obligaciones fiscales nos impondrá el país en el que se prestan los servicios? ¿Estaremos obligados a tributar allí? ¿Podremos recuperar los impuestos soportados o acabaremos asumiendo una doble imposición?

En esta jornada proporcionaremos los elementos fundamentales para una correcta planificación fiscal en la prestación de servicios en el extranjero, abordando tanto los aspectos de la tributación directa aplicable como el papel de los Convenios para evitar la doble imposición internacional, con el fin de minimizar riesgos fiscales y optimizar la carga tributaria.

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